SALMO 01



El Señor protege el camino de los justos

1:1 ¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados,  ni se detiene en el camino de los pecadores,  ni se sienta en la reunión de los impíos,
1:2 sino que se complace en la ley del Señor  y la medita de día y de noche!
1:3 Él es como un árbol  plantado al borde de las aguas, Jeremías 17, 8 que produce fruto a su debido tiempo,  y cuyas hojas nunca se marchitan:  todo lo que haga le saldrá bien.
1:4 No sucede así con los malvados:  ellos son como paja que se lleva el viento.
1:5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,  ni los pecadores en la asamblea de los justos;

1:6 porque el Señor cuida el camino de los justos,  pero el camino de los malvados termina mal.

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