Espíritu protector que velas por mí incesantemente, tú
que tienes esta misión, ya por el placer de hacer el bien, ya para progreso y
purificación de tu espíritu.
Sálvame durante la noche. Mi espíritu va a encontrarse
con lo desconocido. Llévame a donde mis seres amados, amigos, familiares o
ante quienes quieran ayudarme con sus consejos y lecciones para resolver el
problema en mi vida.
Sugiere a mi imaginación las revelaciones que debo
poner en práctica mañana.
Haz que tome fuerza en la contemplación de la
naturaleza y levante mi espíritu atribulado de las nuevas luchas que ha
sostenido y ha hecho desvanecer mis esperanzas.
Cobíjame bajo tus alas cuando veas que ya no puedo más
y que me faltan las fuerzas para solucionar mis problemas y dificultades.
Consuélame en mis momentos de aflicción, y haz que
siempre sea consciente de tu presencia para que pueda encontrar la fortaleza y
el ánimo para seguir adelante.
Gracias por cuidar de mí, Ángel mío.
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