SAN GABRIEL |
“San Gabriel, protégeme y guíame.
No te olvides de bendecirme con los poderes de la comunicación
de los ángeles”. A continuación se invita al Arcángel San Rafael, proclamando:
“San Rafael, protégeme y guíame.
No te olvides de darme tu santa bendición otorgándome los
poderes de la curación de los ángeles”.
El Arcángel Miguel será el siguiente al que invoquemos de la
siguiente manera: “San Miguel, protégeme y guíame.
No te olvides de bendecirme con los poderes de la visión de
los ángeles”.
Y ya por último, hay que dirigirse al Arcángel San Uriel, diciéndole:
“San Uriel, protégeme y guíame. Bendíceme con los poderes de la inspiración de
los ángeles”.
Una vez invocados los cuatro Arcángeles, se dice con convicción
y fehacientemente:
“Arcángeles, abrid mi mente, mi corazón y mi intuición, y
ayudadme a dar buenos pasos para transformar mi vida a mejor y protegerme de
todo mal.
Con todo mi amor os pido vuestra bendición para que me
llegue en cada momento de mi vida.
Bendecid mis sentimientos y pensamientos, así como mi
cuerpo.
Doy gracias a la vida, y agradezco también las bendiciones
de los Arcángeles. Así sea”.
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