SEGUNDA JERARQUIA ANGELICAL |
Dominaciones
Las dominaciones conocen perfectamente la obra de la
creación y por ello delimitan el lugar en el cual se van a desarrollar los
acontecimientos, creando leyes dinámicas y físicas para que esto pueda ser posible.
Con estos seres todo el Universo está perfectamente sincronizado y en plena
actividad. Parece ser que suelen llevar corona y cetro; a veces se les
identifica porque visten como soldados y llevan una espada en la mano.
Además, son melancólicos y profundamente versados en los
misterios de la creación, muy sensibles a los ambientes místicos, y están
iluminados con velas blancas y perfumados con incienso y mirra.
Virtudes
Las virtudes materializan los deseos divinos y darán la
forma, el color y el olor adecuado a cada cosa, y cuando esto sea así es cuando
la incorporan al Universo.
Antes formaban parte de esa dimensión desconocida que no es
el Cielo ni la Tierra y que esperaba su momento para manifestarse.
A las virtudes se les adjudica ser las portadoras de la
gracia y el valor, y su deber principal es el de trabajar por los milagros en
la tierra. Tradicionalmente se decía que los ángeles que presidieron la
Ascensión de Jesús fueron virtudes, lo que parece confirmarse por el olor a
incienso que rodeaba la tumba de Cristo.
Potestades
Las potestades proporcionan la energía a todos los seres
vivos, eso que se menciona como el aura individual, y delimitan el tiempo que
dispondrán de ella.
A los elementos más sutiles, etéreos, les infundirán una
energía especial llamada «Karma» o «Prana», para que puedan manifestarse y
efectuar su misión. También resulta difícil distinguirlas y en ocasiones
suelen confundirse con las dominaciones aunque, en general, se dice que este
orden de ángeles es el que gobierna las estrellas y los elementos de la
naturaleza. Estos seres celestiales tienen la misión de cuidar el mundo en
general.
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